Mucositis y periimplantitis: conceptos
Podemos definir la mucositis periimplantaria como la inflamación confinada al tejido blando que rodea un implante dental, causada por la acumulación de placa bacteriana. Por lo tanto, es un proceso inflamatorio y reversible mediante tratamiento, que no se acompaña de pérdida ósea. Generalmente se presenta un sangrado al sondaje con presión controlada (< 0.15 N).¹,²,⁴En los casos en los que la inflamación gingival se acompaña de pérdida ósea, el proceso se define como periimplantitis, pudiendo estar asociada a complicaciones del tejido blando como fístula, sangrado abundante al sondaje y movilidad (en función de la pérdida ósea). Los principales síntomas y signos de la periimplantitis son:⁴
- Evidencia radiológica de la pérdida ósea, manteniéndose por lo general una zona apical intacta de mayor o menor extensión en función del estado y progresión de la enfermedad.
- Destrucción ósea vertical asociada a un incremento en la profundidad de sondaje, que se acompaña generalmente de sangrado al sondaje e incluso, en algunos casos, de supuración.
- Inflamación gingival de los tejidos circundantes.
- Dolor, aunque no en todos los casos, por lo que no puede considerarse un síntoma característico.
Para poder categorizar la extensión de la enfermedad y enfocar los protocolos de tratamiento, Jovanovic y Spiekermann establecieron en 1995 una clasificación de la periimplantitis basada principalmente en la extensión de la destrucción ósea.⁵ Esta clasificación nos ayuda a entender la gravedad de la lesión ósea periimplantaria y, por lo tanto, del proceso (Figura 1). Generalmente podemos encontrar una correlación entre los diferentes grados de la clasificación y la posibilidad de conservar la estabilidad del tejido óseo y por lo tanto del implante mediante tratamientos convencionales, por lo que podría utilizarse también como predictora e indicadora de tratamiento.
Según esta clasificación, podemos diferenciar cuatro clases de periimplantitis:
- Periimplantitis clase 1: presencia de pérdida ósea horizontal moderada con un componente intraóseo mínimo.
- Periimplantitis clase 2: pérdida ósea horizontal entre moderada y avanzada, con un componente intraóseo mínimo.
- Periimplantitis clase 3: pérdida ósea horizontal entre mínima y moderada, con lesión intraósea circunferencial avanzada.
- Periimplantitis clase 4: defectos implantarios con pérdida ósea horizontal moderada y lesión intraósea circunferencial avanzada, con pérdida de la tabla vestibular, lingual o ambas.
Algoritmo clásico para el tratamiento de la periimplantitis
Con base en todos los datos diagnósticos (sondaje, supuración, pérdida ósea, inflamación), el documento de consenso y recomendaciones de procedimientos clínicos para la evaluación de la supervivencia de los implantes y las complicaciones derivadas de los mismos publicado en el 2004,⁶ se elaboró un algoritmo de tratamiento para los distintos grados de enfermedad periimplantaria. En cada grado de tratamiento se deben sumar siempre los grados anteriores, siendo el último punto una suma de todos los tratamientos enumerados en las distintas combinaciones. Con base en este algoritmo se efectúan en nuestros días los diferentes protocolos de tratamiento. (Figura 2)
Material y métodos
Los protocolos descritos para el tratamiento de la periimplantitis hasta la fecha presentan controversia en algunos puntos, existiendo además dudas en algunos casos sobre qué tipo de tratamiento seleccionar o sobre la efectividad de ese tratamiento para conseguir mantener el implante, reduciendo la infección y las complicaciones derivadas del mismo.⁷
Por lo anterior, en este artículo se presenta un nuevo protocolo para la periimplantitis con alternativas terapéuticas claras y definitivas para decidir en qué casos se puede optar por un tratamiento conservador y en qué casos la mejor manera de afrontar con éxito el caso será la extracción del implante.
Según la clasificación de Jovanovic y Spiekermann descrita anteriormente, se optará por un tratamiento conservador (tipo I y II) o por un tratamiento basado en la extracción de los implantes y regeneración (tipo III y tipo IV).
Por lo tanto, en función del tipo de cuadro que se presente (mucositis o periimplantitis) y del tipo de defecto en el caso de la periimplantitis, se puede optar por el siguiente algoritmo de tratamiento:
A) Mucositis
Ante una mucositis, el primer paso a realizar debe ser la eliminación de la placa bacteriana que pueda estar causando la inflamación de los tejidos periimplantarios. Una vez realizada la higiene profesional, el segundo punto clave será determinar si existe o no la suficiente encía queratinizada para asegurar un correcto comportamiento del tejido blando.
En los casos en los que la encía queratinizada no sea la suficiente, es prioritaria su reposición mediante injertos de tejido conectivo, tal como se muestra en la Figura 3.
Una vez eliminados los factores anteriores, es clave comprobar la prótesis. En ocasiones, una falta de hermetismo en la interfase prótesis-implante puede ser la causa de acúmulo y filtraciones bacterianas que terminen desencadenando procesos inflamatorios periimplantares.
El hermetismo se consigue gracias al sellado preciso de los componentes protésicos, no siendo igual para todos ellos. Existen diferentes métodos de confección de prótesis sobre implantes, tanto atornilladas como cementadas, aunque no todas ellas aportan el mismo grado de ajuste y de hermetismo. Por ello, es recomendable seleccionar siempre la opción protésica con mejor hermetismo a la hora de confeccionar las rehabilitaciones. En la prótesis cementada los postes microfresados son una mejor alternativa que los colados, y en la prótesis atornillada múltiple los transepiteliales Multi-IM aportan un sellado más hermético en comparación con la prótesis atornillada directa a implante. (Figura 4)
También se debe tener en cuenta el diseño de los perfiles de emergencia y de las troneras que facilitan la higiene al paciente.
En la Figura 5 se muestra un ejemplo de falta de hermetismo por aflojamiento de un poste de una prótesis cementada que causó una microfiltración bacteriana y, como consecuencia, una mucositis. Ésta fue resuelta mediante una nueva prótesis con correcto hermetismo y reposición del tejido blando perdido mediante injertos de conectivo.
B) Periimplantitis
La periimplantitis con pérdida ósea menor de 2-3 mm sin supuración (tipo I y II Jovanovic) puede ser tratada mediante reposición de los tejidos blandos y comprobación del hermetismo, llegando a estabilizar la situación clínica y por consiguiente la pérdida ósea.
En los casos en que el implante se encuentre con una mayor pérdida ósea circunferencial o con pérdida de las tablas (tipo III y IV Jovanovic), la indicación será la extracción del implante. En los casos en los que el implante tenga una pérdida ósea variable y esté mal posicionado, siendo poco predecible su rehabilitación protésica, la indicación también será de extracción.
En ambos casos, se considera que la explantación es la mejor opción debido a que un implante mal posicionado no puede rehabilitarse correctamente y un implante con pérdida ósea elevada que expone la superficie del implante al medio oral no puede ser limpiado correctamente para evitar las colonias bacterianas ni puede ser regenerado el volumen óseo perdido de forma predecible. Es muy difícil conseguir una regeneración vertical de hueso unido a los implantes dentales con una superficie contaminada, por lo que en estos casos en los que además existe un componente infeccioso grave, conseguir este aumento óseo es prácticamente imposible.⁹,¹⁰
El nuevo kit de explantación BTI se ha desarrollado principalmente con base en dos pilares fundamentales:
- Conseguir “desoseointegrar” el implante de forma fácil y accesible a cualquier clínico.
- Ser lo más conservadores posibles con el lecho en el que asienta el implante para poder realizar en algunos casos un implante inmediato postexplantación o favorecer la regeneración del defecto.
Resultados
Se han realizado más de 400 explantaciones con este método de extracción atraumática de implantes, en las que no se ha tenido ningún efecto adverso.
Conclusiones
El algoritmo de tratamiento presentado permite seleccionar de forma razonada y lógica la mejor opción de tratamiento para cada patología periimplantaria a la que nos enfrentamos en consulta. Las opciones de tratamiento propuestas se basan en minimizar las repercusiones de morbilidad para el paciente, evitando cirugías de regeneración costosas que en la mayoría de las ocasiones no consiguen el efecto buscado, aportándole al paciente y al profesional una nueva visión sobre el tratamiento de este tipo de patologías. (Figura 14)
Referencias
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- Anitua E, Orive G, Pla R, Roman P, Serrano V, Andía I. The effects of PRGF on bone regeneration and on titanium implant osseointegration in goats: a histologic and histomorphometric study. J Biomed Mater Res A. 2009;91:158-65.
