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Manejo del dolor en odontología: orientación para el paciente con dolor

Manejo del dolor en odontología: orientación para el paciente con dolor

Resumen


La palabra dolor proviene del latín dolor, -oris (doloris), y se refiere a una sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o externa. Sentimiento de pena y congoja.¹ La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés: International Association for the Study of Pain) define al dolor como “una experiencia sensorial o emocional desagradable, asociada a una lesión tisular presente o potencial, o que se describe en términos de dicha lesión”. Cada persona aprende el significado del término dolor a través de la experiencia personal, por lo tanto, el dolor es personal. La actual definición de la IASP sobre el dolor, integra tanto la faceta objetiva del dolor, relacionada con aspectos fisiológicos, como la subjetiva, es decir, la carga emocional y psicológica que cada persona asigna al dolor.²

Palabras clave: dolor, dolor agudo, dolor crónico, urgencias, lesión, manejo del dolor, odontología.


En 1974 se fundó la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, sus objetos principales de estudio son la investigación de los aspectos biológicos sobre el dolor. El dolor es un síntoma multidimensional que requiere de la intervención, análisis, estudio, diagnóstico, prevención y tratamiento de manera multidisciplinaria, por lo tanto, no únicamente un solo especialista deberá atender o tratar el dolor.

Figura 1.

El dolor tiene un aspecto subjetivo, que depende de cada persona, por lo tanto, resulta imposible entenderlo si no se estudia y considera a la persona que lo padece en su totalidad. El dolor cumple una función biológica importante para el cuerpo humano y además, es una de las manifestaciones clínicas más frecuentes. En la consulta odontológica de urgencia, el dolor y el trauma son las principales causas de intervención. Al ser un síntoma frecuente de referencia, la o el clínico se deberá basar en la descripción que realiza el paciente para establecer un diagnóstico, y por ende, un tratamiento.

Evolución del dolor. Anteriormente, el dolor estaba exclusivamente asociado a una alteración del equilibrio, o a la presencia de lesión. Actualmente, sabemos que existen personas que sienten y describen dolor en ausencia de alguna causa biológica o lesión. La definición que anteriormente se utilizaba para definir el dolor era “el dolor es consecuencia de una estimulación física perjudicial o trastorno del cuerpo.” (Merskey), la definición actual, rompe con toda conexión entre el dolor y el daño tisular.³

La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que el dolor es uno de los síntomas más frecuentes y graves experimentados por los pacientes que necesitan cuidados paliativos. Menciona, que el 80% de los pacientes con cáncer experimentarán dolor entre moderado a intenso al final de sus vidas. Asimismo, establece que “controlar el dolor en una etapa temprana, es una obligación ética para aliviar el sufrimiento y respetar la dignidad de las personas”.

Salud Bucodental según la OMS. Las enfermedades bucodentales son las enfermedades no transmisibles más comunes, y afectan a las personas durante toda su vida, causando dolor, molestias, desfiguración incluso la muerte. Según estimaciones publicadas en el estudio sobre la carga mundial de morbilidad 2016, las enfermedades bucodentales afectan a la mitad de la población mundial (3 580 millones de personas), y la caries dental en dientes permanentes es el trastorno más prevalente.

Las diferencias entre dolor agudo y crónico se desconocieron e ignoraron hasta finales de los setentas, cuando en una serie de publicaciones se establecieron las diferencias, destacando que el dolor agudo es el síntoma de una enfermedad y el dolor crónico es una enfermedad.

A través del cuadro 1, podemos establecer, de manera breve y explicativa algunas de las diferencias entre ambos tipos de dolor.

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Dolor agudo Dolor crónico
Mejilla Bofetada
Inicia como respuesta a un daño tisular. Inicia como en el dolor agudo.
Es un signo de alerta (cumple con función protectora). Carece de valor biológico
Al eliminar el estímulo, el dolor desaparece o disminuye. Permanece una vez que el estímulo y/o el daño se eliminó.
Comúnmente la intensidad del dolor, está relacionada al daño. No existe una relación entre el dolor y el daño.
Es un síntoma. Es una enfermedad.


Cuadro 1.



Escalas del dolor. Es importante contar con una escala de referencia para clasificar el dolor en función de su intensidad. Las escalas utilizadas actualmente, tienen como objetivo principal, orientar la información aportada por la o el paciente, recordando que siempre será subjetiva.

En la consulta dental, la Escala Visual Analógica (EVA) es la más utilizada. Se representa como un línea horizontal, donde en un extremo se considera la ausencia del dolor, y en el otro, el peor dolor que ha sentido, se le debe pedir al paciente que refiera con una marca sobre la línea, la intensidad de su dolor. Usualmente, ésta escala se acompaña de números, los cuales van del 0 = ausencia de dolor, al 10 = peor dolor que ha sentido (Figura 1). La puntuación que se le asignará será de leve, cuando sea menor a 4, moderado, cuando sea mayor a 4 y menor a 7, e intenso, cuando sea mayor a 7.

Figura 1. Escala Visual Análoga (EVA): Se puede combinar con la ENA para que del 0 al 10 se establezca la intensidad. Ver “escalas del dolor” del presente artículo.
Figura 1. Escala Visual Análoga (EVA): Se puede combinar con la ENA para que del 0 al 10 se establezca la intensidad. Ver “escalas del dolor” del presente artículo.
Figura 2. Escala Verbal Análoga (EVERA).
Figura 2. Escala Verbal Análoga (EVERA).

Discusión

El dolor es unos de los principales motivos de consulta que no solo se encuentra limitada a la consulta odontológica. El dolor, al ser subjetivo y basado en las experiencias personales de las y los pacientes, aunado a la carga emocional y psicológica de cada persona, se convierte en uno de los padecimientos que más sufrimiento ocasiona y a su vez, el más complejo de diagnosticar y tratar.

A pesar de ser un síntoma subjetivo, este debe clasificarse (leve, moderado, intenso) y diagnosticarse (agudo o crónico). En este sentido, el interrogatorio resulta fundamental.

Como premisa principal, deberá creerse lo que el paciente refiere, es decir, que el dolor que el paciente refiera, es lo que el paciente dice que es, y no lo que la o el clínico espera o piensa que deba ser. Mucho se ha mencionado que el dolor es personal, por lo tanto, la autovaloración (la del propio paciente) deberá ser considerada como la fuente más valida y fiable para poder evaluar y en consecuencia, tratar el dolor.

Guía sencilla para la o el paciente con dolor. Al referir dolor, se deberá localizar. La manera más sencilla para describir la localización de la zona o zonas con dolor es través de la señalización. Cuando el dolor se encuentre en una zona específica, se recomienda que con el dedo se señale lo más exacto posible el lugar donde se percibe el dolor. En caso contrario, se sugiere que pueda describirlo lo más preciso posible precisando en que parte comienza, cuál es su trayecto, y dónde termina la sensación.

El dolor debe relacionarse con el tiempo, por lo tanto, después de señalizar la zona, deberá situar el dolor en una línea del tiempo: ¿Desde cuándo le duele? Este dato resultará fundamental para diagnosticar el dolor. En la bibliografía actual, se establece que el dolor agudo tiene una duración menor a los 6 meses desde que inició el primer síntoma de molestia o dolor, por el contrario, el dolor crónico va más allá de los 6 meses.

Como se mencionó anteriormente, la intensidad del dolor, se medirá con base en escalas. Además de la escala EVA, se puede emplear la Escala Verbal Análoga (EVERA) y la Escala Numérica Análoga (ENA) (Figura 1 y 2).

Conclusión

El dolor siempre será una experiencia personal y emocional. Es la causa más frecuente del paciente en la atención médica y odontológica, por lo tanto su diagnóstico, no solo se deberá asociar o basar en un daño tisular, si no que deberá considerarse la historia personal de la o el paciente que padece o refiere dolor.

A pesar de tratarse de un síntoma subjetivo, deberá llevarse a cabo un interrogatorio adecuado y detallado, de tal forma que del dolor se puedan establecer las siguientes características: localización, intensidad y tipo.

La intensidad del dolor deberá medirse con las diferentes escalas que existen, para que este se lo más objetivo posible. Es importante mencionar que la referencia de la intensidad es personal, y únicamente la o el paciente podrá medirlo en la escala que más le convenga, es decir, con la que mejor pueda describir su dolor.

Según la OMS, la mitad de la población mundial (3 580 millones de personas en el año 2016), padecen alguna enfermedad bucodental, siendo la caries la que tiene más prevalencia; por lo que se infiere que más de la mitad de la población mundial acudirá al consultorio dental refiriendo como principal síntoma el dolor, asociado a una enfermedad de origen bucodental.

Referencias

  1. Diccionario de la Lengua Española.
  2. J. Vidal, C. Goicochea, C. Pérez et.al., Manual de Medicina del Dolor. 1º Edición, abril 2016. 2º Reimpresión digital, marzo 2019. España. Sociedad Española del Dolor. Ed. Médica Panamericana, 2016.
  3. Organización Mundial de la Salud (OMS) https://www.who.int/es
  4. International Association for the Study of Pain (IASP) https://www.iasp-pain.org/